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¿Por qué al flamenco se le llama flamenco?

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Camarón y Paco de Lucía por el pintor Antonio Guijarro. / Fuente: wikipedia.org

Entre los numerosos misterios del arte musical por excelencia de Andalucía está el propio origen de la palabra flamenco.

No se ha encontrado testimonio escrito del uso de la palabra flamenco para definir a la música gitanoandaluza hasta el siglo XIX. Hoy día, el arte musical más genuino del sur peninsular sigue manteniendo numerosos misterios. Es un arte de errantes, de desheredados. El lamento de los marginados del pueblo rechazados hasta por el propio pueblo. Hoy, cuando se empieza a dar lustre al flamenco, no puede convertirse en un tópico decir que este cante no podría haber nacido en otra parte que no hubiera sido Andalucía. Del mismo modo, que es imposible que se diera sin la influencia oriental, árabe… Pero todo esto es bastante enigmático, empezando por cómo llegaron los errantes del pueblo Rom desde algún lugar de Pakistán a Andalucía.

Entre tantas dudas la certeza es que el flamenco se hunde y rescata, como otras músicas del mundo, en lo más primitivo. Su quejío que no es sino el ayeo (la repetición de ayes en manifestación de algún sentimiento, pena o dolor) que Félix Grande escuchara en la música tradicional de la Dacia rumana o en un museo de Méjico. Todo esto lo cuenta en su Memoria del Flamenco, o lo cuestiona (pues es un libro que arroja luz a través de preguntas). La obra que fue, y es, un inconmensurable apoyo a la difusión  del flamenco se toma la molestia de preguntarse el por qué de esta palabra para definir al cante gitanoandaluz, aportando diversas teorías de más o menos veracidad aunque todas bastante curiosas.

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La Venus kallipygos de Nápoles podría ser la bailarina gaditana Telethusa. / Fuente: wikipedia.org

Teorías del origen de la palabra flamenco

Entre las diversas teorías recogidas por el poeta Félix Grande en su Memoria del Flamenco empezamos por las expuestas por Antonio Machado y Álvarez, Demófilo, que habla de que el vocablo pudo atribuirse en un momento en el que una gran cantidad de gitanos llegaron a España desde Flandes durante el reinado de Carlos I. Por otro lado comenta que otra posibilidad es que, también durante el reinado de este rey, los habitantes procedentes de Flandes eran despreciados al igual que los gitanos por lo que una actitud racista podía haber extendido el uso del apelativo flamenco como algo despreciable a las personas de etnia gitana.

Una teoría muy divertida es la de Rodríguez Marín que achaca el nombre a la semejanza entre la vestimenta gitana, de pantalón ceñido y chaquetilla, y el ave del mismo nombre. García Matos, entre otros, propone una hipótesis con mucho más sentido reproducida por Ricardo Molina del siguiente modo: “flamenco procede del argot de fin del siglo XVIII y principio del XIX, en el que significaba farruco, pretencioso, fanfarrón”.

Pero hay otra teoría, la de Carlos Almendros, que por fin relaciona el origen del uso de la palabra flamenco con la música. También en los tiempos de Carlos I (Carlos V de Alemania) los cantores de su capilla eran flamencos y el monarca los llevaba consigo durante sus desplazamientos por España. Según el propio Almendros “en los Libros del Coro de la Casa de Medinaceli aparece consignada la palabra flamenco y flamenco primero al principio del pentagrama y precisamente en el lugar destinado a las voces o cantores”. Agrega más tarde “fácil fue ya el paso o aplicación de la denominación flamenco a los cantores populares por parte de las gentes”. Más teniendo en cuenta que “los cantores populares, que amenizaban las fiestas profanas, eran también empleados en las ceremonias y solemnidades religiosas».

Hay una versión que relaciona el uso de la palabra flamenco para el cante con su uso para nombrar a un tipo de cuchillo o navaja. En el sainete El Soldado Fanfarrón, del gaditano González del Castillo, escrito en el siglo XVIII se puede leer: «El melitar, que sacó para mi esposo, un flamenco».

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Los moriscos en el Reino de Granada por Christoph Weiditz. / Fuente: wikipedia.org

Por último, no podemos olvidarnos de la teoría que manejaba el principal autonomista andaluz, Blas Infante en Orígenes de lo flamenco. Según Infante, flamenco proviene de felah-mengu. La unión de dos voces árabes que significan forajido, tránsfuga, hombre huido de los campos… Esta teoría tendría mucho sentido, y aún más si nos remontamos a esos monfíes de las Alpujarras que eran moriscos refugiados en las montañas huyendo de la represión de los Reyes Católicos. Forajidos como los gitanos. Forajidos como los bandoleros románticos. Sin embargo, nos cuenta Grande en su libro que nunca pudo encontrar el significado de la segunda voz, mengu, por más que buscó respuestas en semejante “avispero filológico” y preguntó a distintas voces autorizadas del árabe.

El flamenco es la voz de la periferia y lo primitivo. Desde la danza de las puellae gaditanae fenicias al son de las castañuelas, pasando por los sonidos árabes y judíos, hasta el desgarro gitano, su genealogía es tan enmarañada como mística y, en realidad, desconocida. Aunque puedan entusiasmarnos las diversas teorías de por qué al flamenco se le llama flamenco, parece que esto seguirá siendo un enigma más de un arte enigmático.

Acerca de Salvador GF

2 comentarios el “¿Por qué al flamenco se le llama flamenco?

  1. El Cronoviajero
    abril 28, 2014

    Siempre nos habíamos hecho esa pregunta la verdad. Muy interesantes las teorías.

    • Salvador GF
      abril 28, 2014

      Nos alegra, Cronoviajero. El libro de Félix Grande, Memoria del flamenco, nos enseña mucho y no solo de flamenco. Algún día lo reseñaremos.

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